Las Matemáticas son una
asignatura que requiere más concentración que
ninguna otra. Un ambiente de estudio adecuado y libre de distracciones puede
ser el factor determinante para conseguir resolver ecuaciones o problemas de
geometría, álgebra o trigonometría complejos.
Esta excusa es habitual en muchos estudiantes de primaria o
secundaria que, tras varias horas de estudio o trabajo, comprueban que el
rendimiento ha sido nulo o muy escaso. ¿Se puede remediar este problema?.
Los especialistas afirman que todos los estudiantes tienen capacidad para concentrarse, pero hay que entrenar y practicar desde pequeños para que sea efectiva. La adquisición de distintas técnicas y hábitos de trabajo puede corregir en gran medida la falta de concentración.
El
espacio debe ser un elemento más de la actividad docente y, por tanto, es
necesario estructurarlo y organizarlo adecuadamente.
Entendemos que el ambiente del centro y del aula constituye un instrumento muy valioso para el aprendizaje, y por eso ha de ser objeto de reflexión y de planificación para el maestro y la maestra.
Entendemos que el ambiente del centro y del aula constituye un instrumento muy valioso para el aprendizaje, y por eso ha de ser objeto de reflexión y de planificación para el maestro y la maestra.
Incluye
las características arquitectónicas, que deberían estar al servicio del
proyecto educativo del centro y sus modelos didácticos, aunque la realidad
suele ser la contraria, es decir, es el edifi cio el que condiciona el programa
y las actividades, así como los modelos de aprendizaje.
El
equipamiento y el material didáctico son otras características importantísimas
en este tema. A través del buen uso de estos elementos, se puede facilitar o
dificultar la consecución de los objetivos, contenidos, actitudes, valores, que
los centros se propongan (Gairín Sallán, 1995), convirtiéndolo en un agente
educativo que invita a ciertas acciones y condiciona un determinado tipo de
interacción social (De Pablo y Trueba, 1994; Laorden, C. 2001).
Entendido
desde esta perspectiva, el espacio se convierte en factor didáctico puesto que
nos ayuda a defi nir la situación de enseñanza-aprendizaje y nos permite crear
un ambiente estimulante para el desarrollo de todas las capacidades de nuestro
alumnado, así como favorecer la autonomía y motivación del equipo de
profesores.
Cualquier espacio de nuestra
escuela es susceptible de ser espacio educativo y , por lo tanto, deberemos
organizarlo coherentemente con respecto a nuestros proyectos y programas